jueves, 24 de mayo de 2012

El viaje de Said

Hay niños que se ven obligados a hacer un viaje que, en ocasiones, no tiene retorno. El corto "El viaje de Said" narra este sueño que puede convertirse en pesadilla.
Te propongo dos cosas: que, tras verlo, hagas un comentario crítico y personal de cómo vives tú la interculturalidad. Tras ello, llega el momento de la imaginación: métete en la piel de Said y narra su aventura en primera persona. ¿Cuáles son sus sentimientos? 

Recuerda siempre que los demás nos aportan la riqueza más espectacular: la de la cultura.


lunes, 14 de mayo de 2012

Impresiones del viaje: cuaderno de bitácora



Se le llama cuaderno de bitácora la que utilizaban los marinos para apuntar todo lo que les parecía relevante a lo largo de sus navegaciones: vientos, tempestades, descubrimientos, etc. Yo os abro este particular "cuaderno de bitácora" a vosotros, navegantes de esta aventura paquidérmica, para que relatéis en él todo aquello que queráis, en total libertad de expresión, como siempre ha sido. Me gustaría que dejáseis vuestras impresiones del viaje, aquello que más os gustó, lo que menos, lo más destacado, las anécdotas, una curiosidad, una sorpresa, un deseo para el futuro...

Lo abro con el texto que Aurelio Franco (4º ESO) escribió para la inauguración de la exposición, porque entiendo que recoge muchos matices en los que podéis reflejaros. No obstante, me gustaría escuchar las voces de cada uno de vosotros...


El perfume de una rosa no es comparable al de cualquier otra flor, aunque haya veces que las espinas dejen de lado su pureza. Así es el viaje, un concepto tan bueno como malo, tan inolvidable como superfluo, tan onírico como real; una convivencia espiritual y física.
Nuestro viaje literario fue un sueño. Un sueño que se hizo realidad con la frase ‘Bienvenidos al Elefante Viajero’, pronunciada a inicios de curso por nuestra profesora de literatura, la primera instigadora y fundadora del proyecto que nos hizo crecer como personas. Más tarde, se unieron las demás asignaturas, fascinadas por lo eficaz que era inculcar en cada alumno la materia de una manera original. Los quebraderos de cabeza por parte de los profesores interesados no han sido pocos, y combinados con el empeño puesto por nosotros, los alumnos, hacía que todo esto fuera posible.
La coordinación de un grupo de trabajo fue tan difícil como vivir en una guerra constante. El número de personas para cada grupo era de tres a cuatro, y cada una de ellas era un mundo. Como era de esperar, los grupos se formaron por la amistad existente entre los participantes, aunque sin saber lo dura que sería la convivencia literaria. Las ideas opuestas sobre la redacción de cada capítulo predominaban durante la realización del mismo, y claro, ambas eran igual de válidas. No había opción media, y algunas veces surgían pequeñas discusiones propias del trabajo en equipo. La redacción de cada capítulo estuvo preparada para su fecha, incluso con exámenes y demás trabajos que había que entregar casi a finales de curso.
Valores como la tolerancia y el respeto hacia el compañero surgieron en este proyecto de crear a unos personajes desde cero, y dar a cada uno un perfil psicológico, creando así a un personaje redondo, que siente y padece. Ese personaje éramos nosotros. En cada uno de ellos se notaba el aporte de cada compañero, porque la creación literaria también nos ayudó a plasmar nuestros problemas y frustraciones sobre el papel, y a su vez, crear algo tan bello e inocente como un elefante recién nacido.
Los nervios nunca jugaron en nuestro favor, y hubo veces que las pautas que los profesores nos indicaban nos limitaban la imaginación. Todos los datos geográficos debían ser introducidos, además de conectores y demás partículas lingüísticas que enriquecían nuestro vocabulario. A decir verdad, más de una vez no quisimos seguir las instrucciones tan estrictas, simplemente escribíamos una historia, creábamos vida. La traducción al inglés también fue uno de los retos propuestos, y, aunque con dificultades, acabamos adaptándonos. La parte artística fue la que más éxito tuvo, y es la que podremos ver hoy.
El resultado de nuestro trabajo fue recompensado al final de curso, cuando a todos nos dio pena abandonar el elefante y recordábamos con añoranza lo que era escribir y reflejar nuestros sentimientos sobre papel. En nuestro corazón siempre quedará la tolerancia, el compañerismo, el cariño, la confianza, el respeto, la alegría y la amistad aportada por un viaje que ha hecho volar nuestra imaginación.
Puedo decir con orgullo que pertenezco a la primera travesía, la fundada en el dos mil diez, la que se quedó en Turquía disfrutando de sus paisajes, la que no llegó a España. Kachimbí, nuestra pequeña elefanta, ahora vive allí, aunque sus valores volvieron a España con nosotros.
Damas y caballeros, <<Siempre acabamos llegando a donde nos esperan>>.